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Los Ecolotermistas

Dominique Guillet


Articulo 4 de une quadralogia denunciando el engaño del calentamiento global antropico.

Traducción de Mayra Marin y de François Aymonier

En términos de clima, la retórica de todos los “ecologistas” políticos autoproclamados (los nuclearizados, los sarkozystas [17], los modemistas, los hulotistas, los algoristas, los benditistas, los verdes, los verdines…) (1)  ha sucumbido al síndrome del caldo: una pizca de histeria, un zumo de Apocalipsis, un asomo de Titanic, un puñado de refugiados (no muy grasosos), una desmedida de curvas dudosas, una gran cucharada de ciencia falsificada y un barril de combustible fósil. Todo eso condimentado con mentiras, alegorías y anatemas. Agitar bien con desinformación. Cocinar al fuego lento de la culpabilidad. Servir recalentado.

El recalentamiento climático antrópico, en salsa CO2, se ha vuelto, según los ecolotermistas de todos los orígenes, la urgencia ecológica que prima sobre cualquier otra consideración. ¡El Planeta se quema!!! El GIEC anuncia 2°, 4°... ¿Quién da más? ¡James Lovelock! Él apuesta, de aquí al 2016-2020, que habrá entre 5 y 6 °C de aumento de la temperatura planetaria. ¡La hoguera, los fuegos del infierno, un retorno de llamas kármico! Según Sir James, no le quedará ninguna otra solución a la humanidad que ir y establecerse en los Polos. Y no tener más niños. En nombre de la protección de Gaia.

Cunde el pánico: la crisis climática, la urgencia climática, el ultimátum climático, la alerta climática,  la amenaza climática. Los Verdes promulgan la unión sagrada: según Cécile Duflot (2), “el recalentamiento climático sobrepasa todos las divergencias políticas” [1] y Daniel Cohn-Bendit apela a “nuevas  mayorías”. En nombre de la protección del clima [02].

¿Será entonces el clima el fermento de un nuevo humanismo o de nuevas alianzas? A juzgar por lo que vemos: los bomberos humanitarios se han precipitado todos al llamado de los ecolo-termistas… ¡para enfriar el planeta!

- Monsanto que lucha valientemente, desde hace dos decenios, para recubrir el planeta entero de quimeras genéticas resistentes al Roundup y cultivadas con “labranza cero”  economizadora de CO2. Para enfriar el planeta.

- Todas las multinacionales que se han dedicado en cuerpo y alma, al sector de los “necrocarburantes” de soja, maíz, caña de azúcar, remolacha, aceite de palma: los petroleros (Total, Shell, Exxon, Mobil, British Petroleum, Petrobrás, Repsol-YPF…), los carteles de la agroquímica (Monsanto, Syngenta, Bayer, DuPont…) los constructores de automóviles (Citroën, Peugeot, Ford…) los gigantes del agroalimentario (ADM, Cargill, Bunge, Nidera) y los bancos (HSBC, BNP Paribas, Barclays, UBS, Société Générale, Crédit Agricole, Natixis, Banque Populaire…). Para  enfriar el planeta.

- Todos los cruzados climáticos, Al Gore, Maurice Strong y Rajendra Pachauri [03] (el presidente del GIEC, un economista) que se han involucrado en el mercado de los créditos de carbono para crear el “Chicago Climate Exchange” y el “European Climate Exchange” con el apoyo de muchas multinacionales abnegadas, entregadas a la causa climática: la petrolera British Petroleum, la petrolera Shell, Goldman Sachs, el banco Barclays, el banco Fortis, el banco Morgan Stanley… Para enfriar el planeta.

- Las numerosas fundaciones eugenistas, Rockefeller (los barones ladrones del petróleo), Ted Turner (el magnate de los medios de comunicación de EEUU, el más grande terrateniente en EEUU)… que financian, de muy buena gana, las ONGs (Greenpeace, Amigos de la Tierra, Réseau Action Climat…) con el fin de promover las alertas climáticas. Para enfriar el planeta.

- Las multinacionales de la agroquímica y de la farmacia (Monsanto, Syngenta, BASF, Bayer CropScience, Dow Agrosciences, DuPont, Novartis, Sanofi-Aventis, GlaxoSmithKline, Procter & Gamble, Merck, Mosaic, Pfizer, Sumitomo Chemical, Yara) y las fundaciones (Fundación Bill Gates, Fundación Rockefeller, Fundación Howard G. Buffett) que financian las ONGs de Kofi Annan y de Jeffrey Sachs por la “justicia climática” y por la segunda revolución verde en África. [05]  Para enfriar el planeta.

- Y además, todos los jefes de Estado, que sudan en las tribunas para intentar probar que ellos creen, claro está, en esta historia “del monóxido de carbono que destruye la capa de ozono” [06]… y que se declaran culpables en nombre del pueblo humilde, solicitado a “contribuir con el clima”, y que dan muchas vueltas para echarse y poner impuestos al carbono “justos y sostenibles”. Para enfriar el planeta.

Entonces, los santurrones recalentados apelan ahora a una unión del sacro climático, pues ¿no somos todos culpables de una “huella de carbono más negra que el pecado”, como lo clama James Lovelock, el profeta del Apocalipsis climático? “Atmósfera nuestra, que estás en los cielos, perdónanos nuestras ofensas de carbono”. En el nombre de Gaia, del Clima y del Santo Galimatías.

Ya no más divergencias políticas, pues la casa se está quemando, o al menos ya no va a tardar en comenzar a quemarse, pues como lo dice Noel Mamère (3) “las decenas de millones de refugiados climáticos, los litorales inundados, el desierto en expansión, no son visiones salidas de un cine catástrofe, sino previsiones que crean ahora consenso” [27].

Y si tiene usted la impertinencia de poner en tela de duda « previsiones que crean ahora consenso » es usted un criminal climático, un negacionista, un neo-cientificista, un allégrista (4), un secuaz de los petroleros (lo que, por otra parte, no es muy amable para con los petroleros-bomberos que hacen lo mejor posible, desde hace muchos años, para dedicarse a los necro-carburantes y los créditos de carbono, ¡con el fin de enfriar el planeta!)… todos epítetos esgrimidos por los ecolo-termistas que no bromean con el dogma del recalentamiento climático antrópico.

Parecería, en efecto, que ciertos ecologistas, concentrados en elecciones de todo tipo y con el termómetro metido no sabemos dónde, confunden temperatura electoral y clima planetario. Cuando el diputado Noel Mamère, [27] evoca “la contradicción cada vez más apremiante entre el termino corto y la urgencia ecológica”, ¿no habría más bien que hablar de confusión cada vez más reinante entre  el corto “termismo” (5) y la urgencia ecológica?

Pues el recalentamiento climático desde 1860 es natural, muy débil y no lineal: se manifiesta por periodos de 25 a 30 años de alternancias entre recalentamiento relativo y enfriamiento relativo. No están, de ninguna manera, correlacionadas con ese recalentamiento climático natural ni con las urgencias humanitarias (hambre en el mundo, falta de acceso al agua potable, eliminación de poblaciones civiles por las guerras imperiales…) ni con las urgencias ecológicas (polución nuclear, pesticidas, erosión de los suelos, desertificación, escasez creciente del agua dulce…).

El recalentamiento climático es tan débil, hoy en día, que el diario Le Monde, hoy mismo, 20 de octubre del 2009, titula “Clima: ¿y si el recalentamiento global tomara una pausa?” y declara sin embargo que es falso pretender que el recalentamiento climático se detuvo en 1998. Ni hablar: éste aumenta de 0,02% en un decenio, es decir 2/100 de grado Celsius en el espacio de 10 años. “Entre 1998 y 2008, es cierto que la tendencia promedio ha sido de un crecimiento de 0,02 ºC  por decenio. Casi nula”. [11] Un caso típico de crecimiento calórico casi negativo. Lo que no impide a Yannick Jadot (un eurodiputado ecolotermista recién salido, todo fresco, de la casa Greenpeace) declarar el 14 de octubre que “Sarkozy hace recalentarse el planeta de 4 ºC ” [26]. O los ecolotermistas tienen un atraso de dos baldes de agua para la bomba de incendios o Nicolas Sarkozy es un superman climático, un Santa Claus del Calentamiento Global (prueba de ello, la agitación molecular de la producción de calor) (6).

Uno de los primeros números de  la « Gueule Ouverte » (7) titulaba en octubre de 1973 « ¿Qué tierra dejaremos a nuestro hijos?”  Hoy en día, también podríamos titularlo: “¿Qué niños dejaremos a nuestra Tierra?” Niños hambrientos, saturados de pesticidas, con cánceres, esterilizados, mutagenados, vacunados, virtualizados…

No hay urgencia climática: es una farsa inmunda. No hay recalentamiento climático antrópico, es una impostura grotesca. Las “previsiones que crean ahora consenso” en el GIEC son sólo viento, a la imagen de los mercados de créditos de carbono, que generan ingresos a partir de “la moda de esta época”. ¿No se podría aconsejarle al GIEC que desconecte sus reactores simuladores y se ponga a la escucha de lo Real? O si no, formar cuadrillas de “climaterapéutas” que puedan acompañar a los ecolotermistas en su travesía solitaria del desierto. En la espera del “Recalentamiento Prometido”. Porque a  razón de 0,02 °C por decenio, ¡se necesitará esperar un siglo para aumentar 1 °C! ¡Caliéntese quién pueda el planeta!

Yannick Jadot declara que « Más allá de los discursos, las posiciones francesas son de hecho peligrosas. Ellas conducirían a un recalentamiento del planeta de más de 4°C, provocando una catástrofe humanitaria insoportable”. Es muy astuto este Jadot para prever el clima con 20 siglos de antelación, basándose en el decenio que acaba de pasar.

Con el Grenelle (8) del Ambiente –el inicio de la alianza entre el sarkozysmo y el ecologismo- se habría podido pensar que ya se había llegado al fondo del precipicio de la inepcia, de la hipocresía y del sobalevismo. Con la Cumbre de Copenhague, santurrones del recalentamiento hacen hundirse la ecología, o al menos lo que queda de ella,  en abismos aún más profundos de oscurantismo, de necedad, de superchería, de lloriqueos y de apocalipsismo.

Noël Mamère afirma que el Sarkozysmo « parece más bien un casino” [27]. Exactamente, de la misma forma que la ciencia climática a la manera del GIEC: palabras en el viento,  impuestos, cifras sonantes, y  premio final, una plétora de curvas de crecimiento negativo y de decrecimiento positivo. Nos complace soñar que el Sr. Mamère haya aplicado sus talentos de descifrador a aquello que se esconde detrás de la pantalla de realidad virtual de la impostura climática, es decir, el código fuente de la ignominia: quimeras genéticas, energía nuclear, necrocarburantes, nuevo orden mundial, mercado de créditos de carbono, imposiciones tributarias para el pueblo, eugenismo. Y Mamère, que agrega que –para el sarkozysmo – “Todo es sólo una puesta en escena, storytelling, la construcción de guiones” [27]. Magnífica formulación que describe también, de manera muy precisa,  la estafa climática:

- Construcción de guiones. Simulaciones realizadas por las supercomputadoras del GIEC basadas en curvas truncadas o trucadas [46] [47] [48].

- Storytelling. Historias abracadabrantes: las olas, los tsunamis, la hoguera, los refugiados, los cascos polares que se derriten… Sermoneos al estilo de Al Gore y Nicolas Hulot: hagan lo que digo, pero sobretodo no lo que hago… Bombardeo mediático permanente: los “escépticos del clima” no tienen ningún derecho a la palabra o a la escritura en los medios de comunicación, que están a sueldo de las Autoridades. Conceptos nebulosos y grandes eslóganes idiotas: “justicia climática”, “urgencia climática”, “no se negocia con el clima”, “debemos movilizarnos todos para salvar nuestro planeta”, “caliéntese quien pueda el planeta”, “una nueva réplica planetaria a los cambios climáticos”. [25]

- Puesta en escena. La más famosa realizada por medio de una película de ciencia ficción: “Una verdad incómoda”. Esta película surrealista fue realizada por Al Gore, el hombre de Monsanto, el que ha atiborrado al planeta entero de quimeras genéticas  [05]; el hombre cuyos intereses en los combustibles fósiles ya no necesitan probarse; el hombre que es muy amigo de la casa comercial Goldman Sachs, uno de los actores privilegiados del atraco financiero que ha arruinado, todavía un poco más, al pueblo de EEUU. Esta película de propaganda ha sido impuesta a decenas de miles de escuelas. Otra película que viene de ser realizada por el servidor de la industria nuclear, Nicolas Hulot: el síndrome del Titanic. (Con un presupuesto de 5 millones de euros aportados por EDF, la SNCF, TF1, Studio 37, etc…) (9) [16].

" Si « el paisaje está hecho de señales y nos da señales », entonces Al Gore escogió imágenes que se supone nos hacen comprender la verdad incómoda que es esa que él nos revela. Nos dice que esas imágenes muestran todo tipo de señales precursoras del Apocalipsis. Dicho Apocalipsis es tanto más verosímil cuanto que su advenimiento es objeto de un cóctel angustiante de profecías milenaristas, servido todos los días por numerosos “expertos” en modelos futuristas. Él también, a su manera eficaz, participa en la escritura y difusión del Libro Sagrado, o más bien de la película culto, encargada de dar a luz un nuevo imaginario colectivo. Es a dicha construcción a la que sirve el conjunto del corpus de imágenes de paisajes con sus planos abiertos, su ritmo disonante y su tonalidad catastrófica (más de un cuarto de las imágenes). De esto resulta una visión pesimista del mundo. Un planeta Tierra a la merced del Hombre demiurgo. Allí dónde radica el problema, es que la mayor parte de las imágenes de paisajes que nos ponen en frente, no muestran aquello que Al Gore predica. Esas imágenes juegan con los estereotipos de una representación colectiva (la tierra agrietada para mostrar la sequía, el humo para evocar la polución, el agua hasta el cuello para evocar la inundación, un camión enlodado para mostrar el deshielo…) Ellas no demuestran nada de los horrores anunciados…”

Este pasaje se extrajo de un análisis muy pertinente de Martine Tabeaud  y de Xavier Browaeys. [07] Nos encontramos, con esas películas de terror (“Noir c’est Noir” [08]) en plena sociedad del espectáculo y todo esto nos recuerda el proceso “de los jóvenes de Tarnac”: el arresto espectacular de un grupo de jóvenes por parte de una tropa de policías encapuchados, en un pueblo de la campiña lemosina, bajo la acusación de organización terrorista. La fabricación de una imagen. [09] El arte del espectáculo y la puesta en escena de terrores hipotéticos, para hacer emerger el Nuevo Orden Mundial y avalar el Terror de Estado.

El arte de crear, ex nihilo, un problema (el recalentamiento climático antrópico) con el fin de provocar reacciones (ultimátum climático) y “proponer-imponer” soluciones para salvar el clima y enfriar el planeta (impuestos, necrocarburantes, eugenismo…).

Nos preguntamos, por otra parte, si los pueblos son realmente crédulos. Pues las reacciones se han relegado al mundo de la virtualidad: peticiones, sitios Internet alborotadores, flash-mobs… Para simulaciones virtuales, reacciones virtuales. Y algunos ahora desean “el recalentamiento climático” pues ¡hace algunos años que nos helamos de frío! Todo esto comienza a ser alucinante, pues ciertos expertos del GIEC evocan la anulación de sus simulaciones climáticas, con el fin de proponer contra-simulaciones que permitan hacer esperar a los ecolotermistas durante unos 20 años. ¿Serán acaso capaces de llegar a proponer otro juego de “previsiones que crean ahora un consenso”?.

Entonces algunas preguntas para Noël Mamère y todos los otros diputados “ecologistas”, que figuran en el Gran Teatro del  Parlamento Europeo, “Los Guiñoles del Euro (10)”: ¿Asumir la “transición de una economía basada en el desperdicio de los recursos naturales y la destrucción del planeta, hacia una economía basada en el respeto de los equilibrios entre el ser humano y la naturaleza” [27] necesita verdaderamente que los ecologistas se ridiculicen, promoviendo tal impostura climática?

¿No es una forma de suicidio simbólico (di-oxidante, para no decir muy occidente) para los Verdes, el diabolizar el CO2, el dióxido de carbono, el fundamento de la vida y de la Verde fotosíntesis?

¿Debe el cuestionamiento del paradigma de la sociedad occidental y de su consumismo enfermizo (en el supuesto de que éste fuera realmente un objetivo prioritario de ciertos ecologistas) recurrir, en términos de clima, a la artillería pesada de la teología de la aniquilación, y de la patología terminal del redencionismo, que hace estragos desde hace dos mil años: las profecías, los discursos apocalípticos (las olas del diluvio y la hoguera del infierno), las cruzadas, la diabolización, la culpabilidad, la confesión pública (de la huella de carbono), el dogma del pensamiento único (climático), la excomunión de los “negacionistas”, la absolución (por medio del crédito de carbono), el sermoneo hipócrita… y sobretodo, la pretensión vanidosa, y muy bíblica, de algún poder de la humanidad sobre el clima del ser planetario?

Los integristas del ecolotermismo son, desde ahora, cómplices de todo aquello que se trama bajo el paraguas de la lucha contra el “recalentamiento climático antrópico”: la invasión inexorable de quimeras genéticas resistentes al recalentamiento planetario y de necrocarburantes “enfriadores” – así como la deforestación concomitante, la destrucción de los ecosistemas  por medio de las técnicas de “labranza cero” química, el renacimiento de las tesis eugenistas, el fortalecimiento de la energía nuclear, la emergencia del nuevo orden mundial y la creación, ex nihilo, de una nueva burbuja especulativa gigantesca – la de los créditos de carbono. [28]

La infestación insidiosa del Gusano del “Global Worming” es tal que a muchos grupos de la sociedad civil y del movimiento “alternativo” les cuesta despertarse de su auto-amnesia, pero comienzan sin embargo, a interrogarse sobre lo que puede tramarse detrás de la pantalla de humo del “consenso climático”. La organización GRAIN de Barcelona se interroga sobre la llegada del lobby agroindustrial a Copenhague [30]. La organización ETC Group, en Canadá, denuncia el recurso a la geoingeniería para modular el clima [30] [31] [32] y realizó, además, en 1997, un excelente trabajo de detección de cientos de patentes “climáticas”, depositadas por las multinacionales de la semilla transgénica [33]. La organización Vía Campesina comienza a denunciar las “falsas soluciones” de las multinacionales de la agroquímica al problema climático [34].

Aún un poco más de paciencia y las organizaciones campesinas y militantes van a terminar dándose cuenta de que no sólo las soluciones son falsas, sino que además el problema es inexistente.

Los Amigos de la Tierra, de Francia, vienen de presentar, en su sitio Internet, una traducción de un artículo argentino, “Escándalo: ¡La soja transgénica destruye América del Sur y busca cobrar Créditos de Carbono”! [40]

"Para terminar, el lobby de las biotecnologías está listo para Copenhague y parece que tiene una agenda muy parecida a aquella de los grandes grupos ambientalistas. En un documento reciente de la asociación estadounidense de lobbying de las biotecnologías, BIO, uno de los objetivos sorprendentes era tratar de colaborar con el WWF”.

Es francamente divertido el ver a ciertas organizaciones “ecológicas” en Francia que vociferan habitualmente sobre la alerta climática, denunciar con vehemencia la implicación escandalosa de WWF en la soya transgénica en  América Latina. ¡Hablando de auto-amnesia! ¡Esto no data de ayer, sino que se remonta al 2002! [15] [39] [41] Fabrice Nicolino (11) ya ha escrito un magnífico artículo sobre este tema. [38]

La “Round Table on Responsible Soy” (la mesa redonda sobre la soya responsable) ha sido promovida por el WWF desde el principio. [13] [14] Encontramos en esta organización a Monsanto, Syngenta, British Petroleum, Unilever, ADM, Biofuels Corporation Trading LTD, Cargill, Carrefour, y decenas de otras multinacionales o sociedades de la pandilla de la petroquímica, de la agroquímica, de lo agroalimentario y de los necrocarburantes. El vicepresidente de RTRS es Cassio Franco del WWF-Brazil. Monsanto y WWF son aliados históricos en la promoción de la soya “sostenible y responsable”, entiéndase con esto, la soya transgénica de Monsanto, realizada con labranza cero (química) con glifosato (es decir Roundup: uno de los pesticidas más cancerígenos y mutágenos en el mundo).

Sobre el sitio de Los Amigos de la Tierra [40], el artículo que denuncia la soya genéticamente modificada está encabezado por un banner empalagoso e hipnótico, que hace desfilar “ultimátum climático”, “1 millón de firmas por el clima” y “firme el llamado para Copenhague”.

No hay comentarios y no puede haberlos, pues ¡los Amigos de la Tierra son co-signatarios con WWF del Ultimátum Climático! [49] Y WWF es una de las organizaciones más histéricas en el plano de la lucha contra el recalentamiento antrópico. Vale la pena dar una vueltita por el sitio de WWF para comprender allí que ¡el CO2 es “odioso”! [50]

El Ultimátum Climático es el último avatar de lo que Noel Mamère llama las “grandes asociaciones de protección del ambiente y de solidaridad internacional”: Greenpeace, Action contre la faim, WWF, Los Amigos de la Tierra, Médecins du Monde, CARE, FIDH, Fundación Nicolas Hulot, Oxfam, le Secours Catholique, le Réseau Action Climat. Estas lanzan una petición sin sentido, que ni siquiera está segurizada, y que es sin duda, sobre todo, una gigantesca operación de mercadeo, destinada a “recoger” cientos de miles de direcciones electrónicas, pues la primera finalidad de ciertas de estas organizaciones es la cacería del dinero.

Si se escarba un poco la capa de barniz, es fácil descubrir que ciertas de esas “grandes asociaciones” no protegen nada de nada y no son solidarias internacionalmente con nada de nada, si no es con sus propios intereses financieros y, por supuesto, los intereses financieros de sus comanditarios. Basta con seguir el rastro del dinero.

- WWF es una organización creada por dos eugenistas notorios. Su implicación escandalosa en la soya transgénica de Monsanto permite hacerse una idea de su ética. Sus financiamientos y partenariados son múltiples: Ciments Lafarge, Coca-Cola, Wall-Mart, Toyota… Uno de sus más grandes financiadores es el Sr. Hoffman, del grupo farmacéutico Hoffman-La Roche [(Genentech Inc) que fabrica el Tamiflu para Gilead Sciences (el Sr. Rumsfeld). En su capital se encuentra la multinacional Novartis/Syngenta].

- CARE-Francia es una filial de CARE-USA, vanguardia del Imperio en un gran número de países “en vías de occidentalización”. La presidenta de la filial francesa es Arielle de Rothschild (Gerente de Rothschild y Cía). “Con respecto a CARE, la lista de empresas colaboradoras habla por sí sola: Orange, Sanofi-Aventis, Lafarge, EDF, Starbucks… [23] Es decir, empresas que forman parte de diferentes lobbys en el seno de Europa, de la OMS, de la OMC.  Lafarge es un buen ejemplo… su  Director General, Bertrand Collomb, fue presidente del Consejo de asuntos para el desarrollo sostenible y financia la ONG WWF hasta por un millón de euros por año [22] Se encuentra igualmente a Lafarge en el seno de la “European Roundtable” (ERT, Mesa Redonda Europea) en 1999, también en el CEPS (Center for European Policy Studies) por parte de la Comisión Europea sobre el cambio climático y luego, en el seno del WBCSD (World Business Council for Sustainable Develo-pment) de las Naciones Unidas [34]. Thierry de Montbrial era miembro del consejo consultivo internacional de Lafarge y del consejo de administración de Cap Gemini. Este último es una de las únicas personalidades francesas presentes cada año en el grupo Bilderberg. [36] Él es también el padre del IFRI (Instituto Francés de Relaciones Internacionales) que fundó en 1983. Las publicaciones de ese instituto siguen en gran parte, los intereses de las élites mundialistas de Washington, con la voluntad de trasladarlas a Francia: Seguridad interna, ingerencia, etc..” [20] [21].

- Fundación Nicolas Hulot. Para Nicolas Hulot, el ecotartufo llorón y payaso del Titanic climático, la vía regia hacia el Ultimátum Climático es el Último Átomo (nuclear). Los patrocinadores de su fundación son  EDF, Bouygues, Saint-Gobain…

- Greenpeace. La casa matriz en los EEUU dicta las campañas y que no nos hablen de la independencia de Greenpeace-Francia pues, en marzo del 2007, habíamos llamado a la sede de la organización para informarnos sobre su posición con respecto a los necrocarburantes. No tenían ninguna posición, pues la organización internacional no había dado ninguna consigna. En esa época, nos encontrábamos aún con bellas fotos de carros que funcionan con etanol sobre los sitios Internet de la organización y en el 2006, Greenpeace Suiza y WWF se alegraban de la apertura de la primera gasolinera de etanol en Suiza [12]. Greenpeace EEUU está subvencionada, con mucha generosidad, por las dos fundaciones archieugenistas Rockefeller (1.080.000 dólares de 1997 a 2005 y más después) [43] y Ted Turner (1.390.000 dólares de 1996 a 2001 y más después) [42]. Greenpeace USA está específicamente subvencionado por esas fundaciones para realizar acciones “recalentamiento climático”. [18]

Y para volver a la sociedad del espectáculo, Greenpeace ataca ahora a la petrolera Total “la criminal climática”, después de haber organizado un desnudo colectivo en un viñedo en el mes de octubre del 2009, en colaboración con el artista David Spencer [10], para salvar los viñedos franceses y la agricultura europea. Pregunta: ¿En qué es más criminal Total que los viticultores y otros agricultores que envenenan a las poblaciones con sus vinos y alimentos rellenos de venenos cancerígenos? El terrorismo agrícola no tiene nada que envidiarle al terrorismo petrolero.

- Réseau Action Climat. Es una filial del Climate Action Network en EEUU. Su director, Peter Bahouth, fue anteriormente director de Greenpeace y luego director de la fundación del eugenista Ted Turner [19]. Climate Action Network es generosamente subvencionada en los EEUU por la misma pandilla de fundaciones.

- Los Amigos de la Tierra. Las diversas filiales de esta organización hacen, en regla general, un excelente trabajo de desciframiento de lo que sucede en los sectores de las quimeras genéticas y los necrocarburantes. La rama US “Friends of the Earth” es generosamente subvencionada por la Fundación Rockefeller (1.427.500 dólares de 1994 a 2001 y más luego) y la Fundación Turner (425.000 dólares de 1996 a 2002) [45]. Les Amis de la Terre-France han sucumbido, como tantas otras organizaciones al síndrome del recalentamiento antrópico. Son financiados por fondos públicos y por fundaciones.

Evoquemos de paso, sin detenernos mucho, « Médecins du Monde” cuya implicación en el uranio del Níger con Areva (12) ha sido denunciada por algunas organizaciones [24] y “Action contre la faim”, una de las vanguardias del Imperio cuyo fundador, Jacques Attali, es un promotor encarnizado del Nuevo Orden Mundial. Vamos a detenernos aquí con el desciframiento, muy parcial y eminentemente deprimente, de las organizaciones  del Ultimátum Climático. De todo esto se desprende que los Rockefeller dirigen el baile, y esto desde principios del siglo pasado. Muchas otras fundaciones subvencionan alegremente las organizaciones ecolotermistas. La Fundación Turner, por ejemplo, cuyo fundador, Ted Turner, preconiza una erradicación de la población terrestre a la altura de 95%, para  volver a bajar a un nivel “razonable” de 250/300 millones de habitantes [04] [44]. Una gran parte de las ONGs firmantes del Ultimátum Climático están bajo el control de los grandes dueños de la industria, quienes han dirigido desde hace mucho tiempo WWF.

El director de Greenpeace es ahora Robert Lion [37] quien declaraba en 1997: “Algunas empresas anticipan el ineludible éxito de los defensores del clima – en Kyoto y a lo largo de los decenios que vienen. Este éxito les abrirá mercados: nuevas generaciones de automóviles y de aparatos domésticos, nuevas tecnologías energéticas, productos y procesos industriales menos energívoros. El campeón mundial de estas actitudes inteligentes podría bien ser… Shell o Toyota o Dupont de Nemours” [35].

Esta declaración de Robert Lion concuerda totalmente con el ecolotermismo ambiente. Entonces, ¿debemos verdaderamente sorprendernos de que las finalidades  reales de WWF, de Greenpeace y de otros, sean el desarrollo de un capitalismo verde, punto y aparte? La defensa del clima sólo es un falso pretexto.

No saldrá nada de la Cumbre de Copenhague, en lo que respecta al clima, pues las emisiones antrópicas de CO2 no pueden contribuir ni al recalentamiento planetario, ni al enfriamiento planetario. La ciencia al estilo del GIEC es, como la ciencia agronómica moderna, que ha olvidado que el suelo es un organismo vivo y no el receptáculo inerte de un cóctel de venenos y de fertilizantes de síntesis; igual que la ciencia médica moderna, que ha olvidado que el cuerpo humano es un organismo vivo y no el receptáculo de un cóctel de alimentos envenenados, de vacunas asquerosas y transgénicas y de remedios iatrogénicos de síntesis. La ciencia reduccionista del GIEC ha logrado la hazaña de reducir el clima del ser planetario a una ecuación única de una sola molécula, el dióxido de carbono; ella ha olvidado que el ser planetario es un organismo vivo, cuya complejidad escapa, y escapará siempre, a la pequeña comprensión del bípedo que se autoproclamó amo de la creación; y ha sacado de su visión climática global la presencia del sol y de la totalidad del cosmos. Es una inmensa farsa.

Las olas de la realidad climática están mermando las fundaciones virtuales del castillo de arena del GIEC. De esto, todos los jefes de estado de Europa están muy conscientes, aunque se esfuercen, bien que mal, por pretender lo contrario. Sólo Vaclav Claus se ha negado a prestarse a esta engañifa. Él es también el único que se atreve a afirmar que Europa no es una Europa de las libertades y de la comunidad, sino una Europa de los lobbys y de las potencias financieras.

Lo que va a salir de la Cumbre de Copenhague, por el contrario, es un poder acrecentado de la agroquímica quimérica, de la industria nuclear y de la producción de necrocarburantes. ¡Para enfriar al planeta! ¿Con cuáles complicidades?

En nombre de la protección del clima, Daniel Cohn-Bendit clama por « nuevas mayorías”. ¿Una alianza reforzada entre el sarzokysmo y el ecologismo, quizás?

Cuando Noel Mamère habla de “carbonización de la política” [27],  ¿no será más bien de “politización del carbono” de lo que habría que hablar? ¿La forma de ecología política, que emergió del movimiento de la Gueule Ouverte en 1972, no sobrevivió? Parece que la “Gueule” (la Boca) está ahora irremediablemente cerrada. ¿No terminará la impostura climática (la politización del carbono) por enterrar lo  poco de autenticidad que le quedaba a esta forma de ecología política? Sólo podemos esperar que salgan, de ese compost, nuevos fermentos revolucionarios para la emergencia de las Tribus del Futuro.

En nombre de la protección de Gaïa, James Lovelock nos propone la energía nuclear, las quimeras genéticas, la agricultura agresiva (con grandes refuerzos de pesticidas), la comida sintética y la hiperconcentración de la urbanización. ¿Es también en nombre del Clima y de Gaia que James Lovelock se ha comprometido en la cruzada del eugenismo? [29] James Lovelock debería ser muy prudente y no mezclar a Gaia, el ser planetario, la Madre Tierra, con todos sus delirios seniles y mortíferos.

El clima es tan antiguo como Gaia, 4350 millones y pico de años. ¡El Clima no nació ayer! Pretender reducir el Clima de Gaia a la única molécula de CO2 es tan demente como pretender reducir la consciencia humana a un puñado de neuronas.

Los caminos de la coevolución entre Gaia y la humanidad deben redescubrirse: una aventura fascinante y apasionante. ¿Una insurrección de las Consciencias?

Dominique Guillet. El 20 de octubre 2009.


(1) El autor hace referencia a: sarkozystas: Sarkozy, presidente de Francia; modemistas: MODEM, partido centrista francés; hulotistas: Nicolas Hulot, ecologista mediático; algoristas: Al Gore; benditistas: Daniel Cohn-Bendit, eurodiputado verde.

(2) Secretaria Nacional del Partido Ecologista Francés (Partido de los Verdes)

(3) Político francés, miembro del partido ecologista Los Verdes.

(4) Referencia a Claude Allègre, científico y hombre político de derecha.

(5) Alusión al calor.

(6) Alusión  irónica a la hiperactividad aparente del presidente de Francia.

(7) La Gueule ouverte es un periódico francés de ecología política, de los años 70.

(8) El « Grenelle Environnement » fue un conjunto de encuentros políticos organizados en Francia en octubre del 2007, por el gobierno de Nicolás Sarkozy, con el pretendido objetivo de tomar decisiones a largo plazo en materia de ambiente y desarrollo sostenible, en conjunto con organizaciones ecologistas escogidas por ese mismo gobierno.

(9) EDF: Eléctricité de France, Compañía Productora de Electricidad Nuclear de Francia; SNCF: Sociedad Nacional de Ferrocarriles; TF1: Canal de Televisión privado; Studio 37: filial de la compañía telefónica Orange, francesa.

(10) Referencia al programa satírico francés: “Les Guignols de l’Info”.

(11) Autor del libro, junto con François Veillerette :  “Pesticides, révélations sur un scandale Français”.

(12) Grupo industrial francés especializado en la energía nuclear.